Monday, August 13, 2007

Trabajo y salud en Argentina

Ninguna patria se hace grande si se mira hacia afuera.
Pero tampoco crece si los de afuera miran hacia adentro y quieren entrar. Como en cualquier país serio, debemos implementar una política proteccionista en miras a salvaguardar nuestro territorio: cerrar las fronteras; vigilar los pasos fronterizos y no permitir -bajo ningún punto de vista- que un extranjero sea admitido en algún empleo si hubiere un argentino dispuesto a ocupar su lugar.
Nada bueno ha venido de afuera, y en especial de los países limítrofes. Dejemos en una honrosa excepción a Chile y algunos sectores de Uruguay: de Bolivia, Paraguay y Brasil sólo ha venido mano de obra barata que acepta un trabajo usurario, en condiciones que en su propio país no habría aceptado. Como consecuencia de este despropósito, el patrón ofrece menores beneficios y un sueldo miserable, propuesta que no se hubiera atrevido siquiera a esbozar si quien se postulara fuese un argentino, vecino de toda su vida y de buena familia.
A todo esto debemos agregar: ¿por qué los sistemas de salud están colapsados? Varias veces he escuchado (y yo mismo pude corroborar) que los hospitales públicos están llenos de bolivianos y paraguayos. Amén del hecho de que un argentino tiene que esperar largas horas para ser atendido, los paraguayos y bolivianos -quienes aceptan trabajos en condiciones infrahumanas-, al no poseer obra social y sufrir avatares propios de mano de obra pesada, ocupan camillas y salas de espera para paliar sus males, sin darse cuenta de que el mal mayor lo cometen ellos: venir a un país con ciertas reglas laborales y querer subvertirlas con la no muy justificable excusa de que 'en su país estaban peor'

¿Son los extranjeros la causa del derrumbe moral y político de nuestro país? Claro que no. Pero su presencia la agrava, le agrega un problema más a los millares de problemas que ya tenemos.