Thursday, February 16, 2012

Videla con la palabra justa

La nota es del periodista Ricardo Angoso. Las palabras, del General Videla.

"Menem y Alfonsin, cumplieron la Justicia con mayúsculas". En cambio, los Kirchner hacen "revancha" y "venganza" de los Montoneros que nunca se fueron de la política".

En las pocas ocasiones en que se le permite hablar al General, podemos advertir que su posición no ha cambiado un ápice con respecto a los viejos tiempos. Es un orgullo reconocer que las ideas siguen intactas, aunque profundamente maltratadas y desmembradas.
Hay que reconocerle al gobierno de Raúl Alfonsín que, a pesar de ese traspié que fue el juicio a las juntas, después supo realizar los pactos necesarios para pacificar la sociedad en lugar de buscar una venganza sin límites que sólo derrocharía recursos y generaría odio. La ley de Obediencia Debida, oportunamente cuestionada en su momento (pues exculpaba a los rangos bajos, pero suponía que todo rango superior era culpable de delitos, todavía no tipificados bajo la figura de la "lesa humanidad"), mostraba un espíritu superador de ese extemporáneo Juicio. La ley de Punto Final, en cambio, era un reconocimiento pleno de nuestra labor durante el Proceso de Reorganización Nacional.
Luego vendrían los Indultos de Carlos Menem y por fin una etapa de pacificación y renovación del pensamiento.
Sin embargo el montonerismo devenido en desgobierno por la "elección" del pueblo (si puede llamarse "elección del pueblo" al veintidós por ciento de votantes, lo cual configura menos del diez por ciento de la población total) no tuvo mejor idea que, entre otras cosas, remover la tierra que ya estaba seca y florida, para extraer supuestas culpas, guardadas indeleblemente en la memoria del odio, y achacárselas a los militares otrora sabiamente exculpados, creando para ellos -y sólo para ellos- la figura de los "delitos de lesa humanidad".
Nuestro General cumplirá una larga condena: no sólo no se le han respetado garantías constitucionales durante los últimos nueve años; tampoco hay esperanzas de que se las respete algún día. ¿Seguirán juzgandos sus cenizas cuando, después de su ardua vida, le toque a sus restos cremados ser parte del paisaje argentino que él mismo ayudó a forjar?

1 comment:

Anonymous said...

Sos un milico hijo de mil putas, genocida. Ojalá te pase lo mismo que le pasó a los desaparecidos. Pedazo de mierda.